Empatía, ¿puede favorecer la curación y las relaciones con los pacientes?
Es importante conocer y delimitar el significado del concepto de empatía, conocer las formas para desarrollarla y así, poder potenciar esta habilidad. Etimológicamente el término «empatía» proviene del griego en-pathos: sufro-en, siento-en, siento-desde-dentro. La empatía es la capacidad de poder comprender la realidad subjetiva de otro individuo sin perder la perspectiva propia. En esencia, la empatía consiste en darse cuenta de lo que sienten los demás sin necesidad de que lo digan, es decir, “ponerse en la piel del otro”.
Como habilidad social esencial en las relaciones humanas debemos aprender a expresar nuestra empatía de una manera eficiente para poder comprender y aceptar los pensamientos y sentimientos de las personas de nuestro entorno. Con la correcta praxis conseguimos que las personas, se sientan bien y a gusto estableciéndose una relación de ayuda real que permite establecer con los pacientes y sus familias, mejores relaciones humanas.
No todas las personas tienen la misma capacidad empática pero sí que es muy importante saber que las habilidades empáticas se pueden potenciar y desarrollar, siendo las siguientes actitudes favorecedoras de ello:
– Escuchar con la mente abierta y sin prejuicios, estereotipos o clichés sobre las personas.
– Escucha activa (prestar atención y mostrar interés por lo que se está contando, más allá de oír palabras).
– No interrumpir mientras nos están hablando y evitar dar consejos.
– Descubrir, reconocer y recompensar las cualidades y logros de los demás (demuestra interés real).
La empatía no trata solo de entender al otro, se demuestra a través de las diferentes formas de expresión tales como:
– Preguntas abiertas que ayudan a continuar la conversación y le hacen ver a la otra persona que estamos interesados por lo que nos está contando.
– Atención a su respuesta, considerando su comunicación no verbal.
– Avanzar lentamente en el diálogo para dar perspectiva, asimilación y reflexión sobre el tema.
– Antes de dar nuestra opinión sobre el tema, debemos esperar a tener información suficiente.
-No siempre necesitan saber nuestra opinión o solicitan nuestro consejo, sino saber que los estamos entendiendo.
– Opinar de forma constructiva sin herir con nuestros comentarios.
– En todo momento nos cuidamos de no evaluarlo, juzgarlo o descalificarlo.
– Aceptar las diferencias con los demás, ser tolerantes y tener paciencia con los que nos rodean.
El personal sanitario empático no solo ha de ser capaz de entender los pensamientos y sentimientos que los pacientes están expresando, sino también, las implicaciones emocionales y conductuales que estas tienen en su vida, su salud o curación.
Por:
Iolanda Muñoz
Docente Rama Sanitaria
Etiqueta:autoestima, Enfermería, salud