¿Qué esmalte tienes?
El esmalte es el tejido más duro del organismo humano, con una resistencia mecánica alta al roce, desgaste, fricción, etc. La composición que le da esa resistencia es gracias al 96% de cristales de hidroxiapatita (Ca10(PO4)6(OH)2) que forman la estructura específica del tejido. El esmalte tiene un grosor variable en función de la geografía del diente, alcanzando el espesor máximo de 2,5 mm en las cúspides, disminuyendo gradualmente hacia el cuello dentario y terminando en un borde muy fino. El color del esmalte depende de si la pieza es temporal (blanco azulado) o permanente (blanco amarillento). El esmalte es muy transparente, por lo que el color del diente viene dado por el color de la dentina que está por debajo de este.
Los ameloblastos son las células formadoras de esmalte, primero secretan una matriz orgánica que posteriormente se va retirando dejando los cristales y eliminando los elementos blandos obteniéndose una estructura alargada. Estructura de cristales denominados prismas, varillas o bastones de esmalte. Los ameloblastos son cilíndricos de perfil hexagonal, cada prisma está constituido por una gran cantidad de cristales de hidroxiapatita.
El proceso de remineralización del esmalte permite que la pérdida previa de iones de fosfato, calcio y otros minerales, puedan ser reemplazados por los mismos u otros iones similares presentes en la saliva; también existe la presencia de fluoruro que va a fomentar la síntesis de cristales de fluorapatita.
Los cristales de fluorapatita confieren unas características muy importantes, producto de este fenómeno de remineralización: son cristales más grandes que los originales y más resistentes a la disolución de los ácidos, por lo tanto, son mucho más resistentes al ataque ácido de la placa bacteriana que el esmalte original.
El comienzo del proceso de caries en el esmalte es dinámico y supone la pérdida de equilibrio entre las fases correspondientes a la desmineralización y remineralización del tejido. En el desarrollo inicial de las lesiones de caries, la relación y estabilización entre estos dos procesos está influenciada por un conjunto de factores, entre los más destacados está, la presencia de saliva que facilita el transporte e intercambio de iones, las bacterias cariogénicas presentes en la placa bacteriana de la boca, la exposición al substrato fermentable residual y la resistencia a la agresión o no de las superficies expuestas del diente. Cuando una estructura de esmalte ha sido sometida frecuentemente a los procesos de desmineralización y remineralización con una consecuente reparación, el tejido será mucho más resistente que el esmalte normal a los ataques de los ácidos que provocarían su desmineralización.
Por:
Iolanda Muñoz
Docente Rama Sanitaria
Etiqueta:Dental, Enfermería, higiene dental