Lenguaje corporal en perros
Este artículo complementa el artículo que escribimos hace un tiempo sobre el lenguaje corporal de los gatos, de este modo tendremos una pequeña guía para entender mejor a los dos animales más frecuentes en nuestros hogares. A continuación os mostramos una pequeña explicación de las actitudes más comunes en perros, aunque cabe recordar que cada animal es un mundo y esta guía no es absoluta, siempre actuad con precaución cuando no conozcáis al can que tenéis en frente.
Sumisión
En el caso de la sumisión hay dos tipos, la sumisión pasiva y la sumisión activa. A continuación explicaremos estos dos casos en el orden mencionado anteriormente.
Un perro nos muestra respeto por la autoridad, es decir, un estado de sumisión cuando mantiene sus orejas hacia atrás y la cola baja entre los miembros posteriores. Podremos observar que evita en todo momento el contacto visual y echa su cuerpo junto al suelo en posición de esfinge. En su máxima expresión el perro expone su vientre en postura de “Roll over”, postura corporal del perro muy expresiva que consiste en mantenerse tumbado boca arriba mostrando su vientre y cuello. Acariciarle la barriga puede reforzar una confianza positiva entre ambos.
La característica más visible de la sumisión activa es el acercamiento físico del animal con la cabeza y la cola en alto, aunque justo al alcanzar el individuo manifiesta signos parecidos a los de la sumisión pasiva hasta que el otro animal o dueño lo acepta, momento en que el animal vuelve a actuar con normalidad.
Miedo
En el caso de que nuestro animal esté sintiendo miedo puede expresar unas señales parecidas a la sumisión pero con los caracteres acentuados. Aumentará la curvatura de su espalda. En algunos casos llevados al extremo el perro puede gruñir y mostrar los dientes indicándonos que el miedo que siente puede provocar que llegue a agredir a otros.
Dominancia
Para demostrar dominancia el perro deja sus orejas erectas y hacia adelante y su cola y cabeza se mantienen levantadas. Se mostrará erguido con una ligera inclinación hacia delante y a veces, si el perro es muy dominante, el pelo del lomo erizado. Por otro lado si el perro lleva la correa entre los dientes al pasear o sujeta la mano del dueño con la boca puede considerarse un desafío de poder y no deberían permitirle repetir esas actitudes.
Agresividad
Un perro que está furioso lo demuestra con todo su cuerpo estirado, que avanza apoyado sobre las patas traseras para abalanzarse en caso de necesitarlo. De esta manera, el can intenta mostrarse frente a su oponente lo más grande y potente posible, así pues, signos como levantar la cola, enseñar los dientes, mantener la mirada fija, erizar todo el pelaje del lomo y de la cola ayudaran a mantener esta apariencia amenazadora.
Alegría y juego
Un perro frente a ti con las orejas relajadas o hacia adelante, la cola hacia arriba y con mucho movimiento, es una clara invitación a jugar. Su cara estará relajada y puede llegar a jadear con las patas delanteras extendidas y su tercio anterior pegado al suelo. Esto se conoce como la “reverencia del juego”.
En caso de que el animal apoye las patas delanteras en el suelo, una persona u otro animal mientras mantiene levantados los cuartos traseros también nos sugerirá felicidad. El perro puede ladrar o gemir, indicándonos un saludo amistoso.
Ya veis que aunque no hablan, nos pueden dar mucha información sólo con su cuerpo.
Por:
Ferran Solanes
Colaborador Dpto. Veterinaria
Etiqueta:animales, perros, Veterinaria