Faringitis y amigdalitis: Tips para cuidar la garganta
¿Sufres a menudo faringitis o amigdalitis? ¿La garganta es uno de los puntos débiles de tu organismo? ¿La voz es tu medio de trabajo? Estas afecciones son frecuentes durante todo el año, pero en la primavera pueden estar relacionadas con los cambios de temperatura y las alergias.
En este artículo te damos algunos tips sencillos para cuidar tu garganta y prevenir estas enfermedades tan molestas que causan inflamación, dolor, tos, mucosidad o afonía. ¡Sigue leyendo!
Las afecciones de la garganta
La faringitis y la amigdalitis son dos enfermedades que afectan a la garganta y que pueden tener un origen por infección vírica o bacteriana. En el primer caso, es una inflamación de la faringe, mientras que en el segundo se inflaman una o las dos amígdalas (anginas). Sin embargo, la infección puede extenderse y afectar a ambas, en cuyo caso hablaríamos de faringoamigdalitis.
Además, debemos saber que, en caso de sufrir afonía o pérdida total de la voz, nos estaríamos refiriendo a la inflamación de la laringe y de las cuerdas vocales (laringitis).
Estas enfermedades, cuando son agudas causadas por un virus, son más frecuentes en niños y adolescentes.
Diagnóstico y tratamiento médico
El médico realiza el diagnóstico mediante la observación directa de la garganta y, en algunos casos, de un cultivo y análisis de laboratorio. Por su parte, el personal de enfermería realiza el seguimiento de los síntomas como la fiebre, en caso de haberla, así como de prevenir el contagio y ofrecer consejos de higiene y alimentación.
El tratamiento consiste en medicamentos paliativos de los síntomas, según el caso. Además, si el origen de la infección es por una bacteria, también se recetará un antibiótico. En todo caso siempre debemos evitar la automedicación, sobre todo cuando el afectado es un niño pequeño.
Tips para cuidar la garganta
1. Hacer gárgaras de agua y sal
Cuando empezamos a tener algunas molestias todavía estamos a tiempo de realizar unas sencillas gárgaras para calmar la inflamación, sobre todo cuando no hay un agente infeccioso.
En un vaso de agua diluiremos ¼ de cucharadita de sal marina y haremos los gargarismos durante 30 segundos, para después escupir el líquido.
2. Cuidado con los irritantes
Si solemos sufrir dolor de garganta deberíamos limitar las sustancias irritantes que promueven la inflamación:
- Especias picantes
- Café
- Bebidas alcohólicas
- Tabaco
3. Optar por alimentos suaves
Además, tanto para prevenir que las molestias vayan a más como si ya sufrimos alguna de estas afecciones, también evitaremos los alimentos muy fríos o muy calientes. También notaremos más dolor con aquellos que sean secos o arenosos, por lo que priorizaremos los de consistencia suave y blanda: gelatinas, tortilla, sopas, cremas, arroz bien cocinado, comidas al vapor, avena cocida, etc.
4. Tomar bebidas frías o tibias
Beber mucha agua es importante para combatir la inflamación, reducir la mucosidad y evitar la pérdida de líquidos. En cambio, bebidas como el alcohol o el café favorecen la deshidratación y alteran las células de la mucosa. Además, la temperatura también es importante, por lo que es preferible que las bebidas estén frías o tibias.
Podemos tomar, por ejemplo, infusiones tibias de llantén, tomillo, jengibre o regaliz endulzadas con miel de abeja.
5. Ventilar bien la casa y usar un humidificador
Los cantantes y las personas que requieren de su voz para trabajar ya conocen la influencia de los factores ambientales en su garganta. Las sustancias irritantes como el humo, el aire seco, los cambios de temperatura o los alérgenos pueden causar muchas molestias en esta parte del cuerpo.
En este sentido, podemos mantener la casa bien ventilada y, si el aire es muy seco, usar un humidificador. La única excepción será, en épocas de polinización, evitar las primeras y últimas horas del día para abrir las ventanas.
6. Cuidado con otros factores que dañan la garganta
Además de los virus y las bacterias, hay otros factores perjudiciales para la garganta:
- Sobreesfuerzos de la voz
- Algunos medicamentos como antihistamínicos, diuréticos, broncodilatadores, antidepresivos, etc.
- Reflujo gastroesofágico
7. Extremar la higiene
Por último no debemos olvidar que, tanto para prevenir como si tenemos una afección infecciosa, tendremos que mantener una buena higiene para evitar el contagio. Por ejemplo, usar pañuelos desechables una única vez, lavarnos a menudo las manos y taparnos con el brazo al toser o estornudar.
Ahora ya sabemos que lo que diferencia la faringitis de la amigdalitis es la zona afectada de las vías respiratorias superiores. Además de prevenir con estos consejos, lo importante es acudir al médico para determinar su causa y seguir el tratamiento adecuado.