¿Cómo actuar en caso de sufrir una fractura?
¿Sospechas que has sufrido una fractura? Una fractura es la rotura de un hueso a consecuencia de una caída o un golpe de forma accidental o por una situación previa patológica de éste que provocará una serie de síntomas de fácil reconocimiento. ¿Qué síntomas y qué hacer ante la sospecha? será lo que te explicaremos a continuación de forma detallada para no sufrir más de lo necesario hasta recibir ayuda médica especializada por un médico traumatólogo.
¿Qué síntomas son típicos de las fracturas óseas?
Aunque cada fractura y persona es un mundo, sí que hay unas manifestaciones estándares que en mayor o menor medida se dan en todas las roturas de un hueso, como, por ejemplo:
- Dolor de intensidad variable según tipo de fractura, hueso roto o tolerancia de la persona. Los huesos al igual que cualquier otro tejido u órgano del cuerpo tiene receptores sensitivos de dolor.
- Impotencia funcional que imposibilitará la movilidad de la zona fracturada a consecuencia de la alteración de las estructuras afectadas (como articulaciones, ligamentos o músculos).
- Deformidad de la zona por la pérdida de alineación y equilibrio de las estructuras óseas afectadas.
- En muchas ocasiones también puede aparecer un hematoma como consecuencia de la rotura de pequeños vasos sanguíneos.
- Edema e inflamación de la zona como consecuencia del mecanismo de defensa de los tejidos.
- En el caso de que sea una fractura abierta en la que el hueso ha salido al exterior, provocará una herida en los tejidos que, según sea, puede comportar más gravedad a la situación.
¿Qué debemos hacer?
Ante la sospecha de una fractura podemos realizar unas actuaciones sencillas que reducirán el dolor y la posibilidad de agravar más la situación hasta que se reciba asistencia médica de urgencia. Estas actuaciones las puede realizar cualquier persona y son las siguientes:
- Lo primero tranquilizarnos y tranquilizar a la persona accidentada, llamar por teléfono a los servicios de emergencias (112 o 061).
- Inmovilizar rápidamente la zona utilizando cualquier elemento rígido como unos palos, maderas, cartones e incluso fijando una extremidad junto a la otra con cuerdas o cinturones. Con ello evitamos la movilidad de toda la zona, el dolor y la posibilidad de que el hueso se desplace más de su eje.
- Sí hay una herida por donde se visualiza el hueso la taparemos y presionaremos suavemente con un paño limpio o gasas para cortar el sangrado, pero jamás intentaremos introducirlo hacia dentro.
- También para reducir el dolor se puede aplicar hielo en la zona que provocará un efecto anestésico y reducirá la inflamación y el hematoma posterior.
El mejor consejo es prevenir las fracturas, aunque muchas de ellas nada tienen que ver con nuestro espíritu aventurero o por la práctica arriesgada de deporte o trabajo.
Por:
Iolanda Muñoz
Docente Rama Sanitaria
Etiqueta:Deporte, Enfermería, Fisioterapia