El avance científico y tecnológico surgido, así como, el cambio en las aptitudes y destrezas que afectan a los procesos de producción y de servicios del mercado laboral, están dando origen a que la formación para el trabajo sea en la actualidad un sector de alto interés. Esta área comprende tanto la formación profesional inicial, como la ampliación, la actualización y la renovación de los conocimientos del entorno laboral.

Las actuales necesidades y demandas para el ejercicio profesional desbordan las posibilidades del sistema educativo escolar, derivado del corto período de vigencia que llegan a tener las competencias adquiridas en un momento determinado. No obstante, el sistema mantiene la responsabilidad de proporcionar la formación profesional inicial básica. Esta formación deberá incluir las nuevas habilidades: de comunicación, de cooperación y trabajo en equipo, la creatividad, la flexibilidad y la autonomía en el trabajo, así como, las destrezas para resolver problemas y para procesar la información. Dentro de este contexto, es necesario remarcar el profundo impacto que están originando las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en el empleo y en la cualificación requerida para desarrollar el trabajo, que afecta especialmente a la población adulta, hasta el punto que se está convirtiendo en una de las principales preocupaciones políticas y sociales del momento. Son las TIC un problema para un amplio sector de la población que no puede adaptarse a los requisitos.

Existen tres subsistemas de formación profesional que actúan de manera coordinada y global:

• La formación profesional reglada, es la impartida en el sistema educativo a jóvenes y personas adultas e incluye periodos de prácticas en centros de trabajo.
• La formación profesional ocupacional depende de la Administración laboral y tiene por objeto la orientación y cualificación de las personas desempleadas. Proporciona una formación específica que permite la obtención de un certificado de profesionalidad.
• La formación profesional continua son aquellas actividades formativas por medio de las cuales las personas empleadas logran cada cierto tiempo, a lo largo de su vida laboral, mejorar o adaptar sus capacidades, conocimientos y cualificaciones relacionadas con una actividad o profesión.

En los últimos años ha aparecido un nuevo término dentro de la formación para el trabajo;  la «empleabilidad», que alude a la capacidad de una persona para adaptarse a la oferta de empleo. Esta es producto de la conjunción de actitudes, intereses, motivaciones, conocimientos, formación y aptitudes que permiten a la persona situarse positivamente ante el mercado de trabajo.

Por:
Iolanda Muñoz
Docente Rama Sanitaria