Herpes simple: Causas y tratamiento
¿Has tenido alguna vez un herpes en el labio? Esta molesta afección tiene como causa el herpes simple, un virus que no solo afecta a los labios o la boca, sino que también puede aparecer en la piel, los ojos o los genitales.
En este artículo te explicamos cuáles son las causas de esta infección y cuál es el tratamiento que existe hoy en día. Además, podrás conocer las estadísticas de un virus que afecta a muchas personas en el mundo que ni siquiera saben que lo tienen. ¡Sigue leyendo!
El herpes simple
Hay dos tipos de virus herpes simple. En primer lugar, el tipo 1 (VHS-1) afecta con mayor frecuencia a la boca, el labio y los ojos. En cambio, el tipo 2 (VHS-2) suele ocasionar lesiones en la zona genital. No obstante, ambos pueden aparecer en diferentes partes del cuerpo en forma de llagas o ampollas que causan picor y quemazón.
¿Qué dicen las estadísticas?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que, en todo el mundo, el 67 % de las personas menores de 50 años tienen el virus del herpes simple tipo 1. Por otro lado, 1 de cada 10 personas de entre 15 y 49 años tiene el herpes simple tipo 2.
Pueden sorprendernos estas cifras, sobre todo en el caso del tipo 1, pero también informan que en la mayoría de los casos esta infección puede no presentar síntomas. Sin embargo debemos tener en cuenta que siempre hay riesgo de contagio.
Causas de la infección por herpes simple
Como hemos dicho, el origen de esta infección es un virus que se transmite por contacto directo. No obstante, debemos saber que en caso de contagiarnos, el virus permanecerá en estado latente en los ganglios nerviosos. Por eso este tipo de virus se suele padecer en forma de brotes recurrentes.
También se sabe que hay factores que provocan que el herpes vuelva a provocar síntomas. Por ejemplo, estos son algunos de los que se han asociado:
- Estrés físico o emocional
- Estados febriles
- Debilidad del sistema inmunitario
- Tomar el sol en exceso
Ante cualquier duda, puedes hablar en cualquier momento con el personal de enfermería. Ellos te ayudarán a buscar la manera de prevenir o espaciar los brotes lo máximo posible, así como de conocer y evitar las vías de contagio.
Riesgos y complicaciones
En general, los síntomas del virus del herpes simple desaparecen solos después de algunos días. También es frecuente que los brotes sean cada vez menos frecuentes con el paso de los años.
Sí que pueden ser peligrosos cuando los infectados son personas con el sistema inmune debilitado (por ejemplo, en casos de VIH, lupus o cáncer) o bien recién nacidos. En este segundo caso, la mujer embarazada que tenga herpes genital debe informar al profesional de la salud que la atienda. Esto es fundamental, sobre todo, al final del embarazo.
Entre las complicaciones graves que se pueden presentar, raras pero posibles, están la encefalitis o la queratitis (infección ocular).
Tratamiento del herpes simple
En la mayoría de los casos, el médico podrá diagnosticar la infección con la evaluación de las lesiones. No obstante, a veces podrían solicitarse algunas pruebas de laboratorio.
Hoy en día no existe un tratamiento para el virus del herpes simple. Los medicamentos antivíricos que hay son sintomáticos, es decir, que buscan proporcionar un alivio de las molestias. En este sentido, los más eficaces son el aciclovir, el famciclovir y el valaciclovir. Sin embargo, en ningún caso debemos automedicarnos.
Se están desarrollando diferentes investigaciones para encontrar una vacuna y otros métodos preventivos para el herpes simple. No obstante, todavía están en fase de estudio.
Ya conocemos un poco más a fondo en qué consiste el virus del herpes simple y los dos tipos de infección que pueden presentarse. Aunque no hay un tratamiento para curar esta afección, en la mayoría de casos se puede sobrellevar sin problemas graves de salud.