Golpe de calor
Con las vacaciones de verano volvemos a tener en nuestras mascotas el riesgo de padecer un problema que se repite por desgracia cada año, coincidiendo con esta época calurosa del año, llamado Golpe de calor. Se trata de una hipertermia, es decir, un aumento de la temperatura corporal del animal debido a varios factores, el más frecuente es cuando esa mascota se deja en un espacio reducido y mal ventilado como es el interior del coche. Aunque dejemos un poco abierto los cristales, o no cerremos del todo el maletero no es suficiente para que un día con una temperatura de 30º en el interior de nuestro coche se convierta en 39º en tan sólo 10 minutos y de 39º a 49º en 30 minutos. A veces ni tan sólo hace falta que haya sol, un nivel de humedad elevado, un perro nervioso que sufre fácilmente stress, la falta de agua o un animal atado a una cadena con poca o nula posibilidad de refugiarse en una sombra puede desencadenar este síncope.
Los síntomas del Golpe de calor aparecen cuando la temperatura interna del animal sube a 42º provocándole que los órganos internos dejen de funcionar hasta llegar en algunos casos, si no actuamos rápidamente, a provocar la muerte del animal. Además, hay que añadir que si el animal padece alguna enfermedad sobretodo cardíaca o respiratoria, o si es un animal de edad avanzada, o si el color del manto es oscuro todavía tiene más predisposición a padecer este problema, al igual que si es un perro de raza braquicéfala de cráneo corto) como son los Bulldogs, Carlino, Boxer, Pequinés, Boston terrier y Shi tzu, o en el caso del gato pertenezca a la raza persa o exótico.
Si vemos a nuestra mascota que está muy sedentaria, que respira agitadamente, que anda con dificultad y que el color de las mucosas ha cambiado de rosado a azulado cuidado porque pueden ser síntomas de que se está iniciando un golpe de calor; lo primero que podemos hacer en el mismo lugar donde estamos es intentar bajarle la temperatura rápidamente aplicando frío (por ejemplo hielo envuelto en un trapo o toalla) en cabeza y cuello o en zonas con poco pelo como son las ingles o las axilas y administrar agua en pequeñas cantidades, empezando simplemente con mojarle la boca ( nunca hay que dar agua helada!!) Después hay que llevar inmediatamente al animal al veterinario para que valore la necesidad o no de instaurar cualquier tratamiento y para que compruebe que no ha habido ningún daño interno de ningún órgano
Cuando viajamos con nuestras mascotas hay que extremar las medidas de seguridad para que no tengamos que lamentar estos tipos de problemas: siempre que se pueda intentar no pasear ni viajar en horas de calor extremo, ofrecer pequeñas cantidades de agua frecuentemente, no dejar al animal encerrado en el coche y buscar zonas con sombra para descansar.
Con estas pequeñas recomendaciones sólo os quedará disfrutar de las vacaciones.
Por:
Ferran Solanes
Colaborador Dto. Veterinaria
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