El concepto de profesión ¿qué es la profesionalidad?
No se puede considerar todo trabajo humano una profesión, las profesiones pueden describirse como ocupaciones/oficios que se ajustan a determinadas normas técnicas y morales, como algo dinámico que se está redefiniendo constantemente en función de los intereses, lugares, tiempos y circunstancias de la sociedad.
Podemos definir como profesión o actividad laboral aquellas que están institucionalizadas y que proporcionan bienes o servicios a la sociedad, requiere de una formación especializada y reconocida y, son desempeñadas por personas que establecen las normas que consideran adecuadas y aceptables para su buen ejercicio.
Cuando se utiliza el adjetivo “profesional” alcanza cierto grado de “excelencia” en sentido de hacer bien el trabajo y hacer el bien con el trabajo ya que beneficia a los destinatarios y al mismo profesional que la realizada.
Así pues, la profesionalidad es el conjunto de elementos intelectuales y morales que sitúan a un individuo en relación con la práctica de la profesión que ejerce, siendo la cultura profesional realidad más superficial o externa, a modo de filosofía compartida, entre los miembros de una determinada profesión.
Los profesionales son personas con conocimientos y habilidades especificas, expertos en un campo que ofrecen servicios institucionalizados, cuya característica es la posesión de conocimientos y habilidades en áreas concretas. Ser un profesional deja huella en la propia identidad y te introduce en una comunidad estructurada, no neutral.
El buen profesional debe desempeñar su oficio con responsabilidad:
- Por respeto a si mismo
- Por amor a la obra bien hecha
- Por las consecuencias derivadas de su trabajo
- Por amor a la justicia, respeto al marco de su profesión
La confianza profesional puede definirse, como la confianza que, quienes no son especialistas en una determinada parcela, depositan en los profesionales para poder beneficiarse de su mayor conocimiento y experiencia en ese ámbito. La confianza es uno de los “Valores trascendentales” para la existencia y el bueno funcionamiento de cualquier grupo laboral, y que su ausencia impide la realización de objetivos comunes. Sin embargo, depositar la confianza en alguien supone siempre un cierto riesgo, porque no es posible controlar completamente las acciones de los demás ni las variadas contingencias de la vida. Para el buen desarrollo de cualquier trabajo es también necesario que exista un clima de confianza entre los profesionales que prestan el servicio y los beneficiarios del mismo. Entre las cualidades del buen profesional está el ser capaz de generar el necesario clima de confianza sin exceder el ámbito propio de la estricta relación profesional.
Por:
Iolanda Muñoz
Docente Rama Sanitaria
Etiqueta:autoestima, Formación