¿Debo quitarme las muelas de juicio?
Las muelas del juicio han sido siempre un misterio… hasta hace pocos años. Aunque durante mucho tiempo se han relacionado con cuestiones culturales o con la alimentación, un estudio reciente afirma que en realidad funcionan según un mecanismo común en todos los mamíferos.
No obstante, siguen habiendo muchas preguntas: ¿Para qué sirven? ¿Por qué a algunas personas no les salen? ¿Siempre nos las tenemos que quitar? ¿O solo si nos duelen o mueven los dientes? En este artículo vamos a referirnos a todas estas cuestiones referentes a las muelas de juicio.
Los enigmas de las muelas del juicio
Para empezar, sabemos que las muelas del juicio, conocidas también como el tercer molar, suelen salir entre los 14 y los 25 años. Sin embargo, pueden aparecer a cualquier edad o no hacerlo nunca. O tal vez solo algunas de ellas.
Además, también encontramos diferencias en su forma, ya que pueden tener entre una y cuatro raíces, y entre uno y seis conductos. En algunos casos pueden salir muy mal posicionadas y causar dolor, además de empujar y torcer el resto de los dientes. En otros casos, no notaremos ni una sola molestia.
¿Y por qué se conocen como muelas del juicio? Pues justo por la edad a la que pueden aparecer, más tardía que los dientes de leche y, en teoría, de más sensatez.
¿Para qué sirven?
Las investigaciones científicas dan a conocer que nuestros antepasados tenían muelas del juicio de mayor tamaño que nosotros. Según estos estudios, habrían ido disminuyendo de manera progresiva del mismo modo que la dentadura en general.
Hoy en día, las muelas del juicio, si aparecen, tienen la función de triturar los alimentos durante la masticación. Sin embargo, su acción es muy limitada por su posición y no resultan para nada imprescindibles.
¿Por qué a algunas personas no les salen?
Por esta acción tan limitada, cada vez hay más personas que presentan agenesia, lo que significa que no les salen estas muelas. Según los especialistas, esto sucede de manera progresiva a lo largo de la historia porque ya no las necesitamos ni usamos.
Algunas personas se encuentran en un punto intermedio, que sucede cuando sí se les forma el tercer molar pero no llega a brotar o dejarse ver. Estas son las muelas del juicio impactadas, que pueden a llegar a dar problemas o bien no dejarse notar en ningún momento de la vida.
¿Siempre nos las tenemos que quitar?
Como hemos dicho, las muelas del juicio pueden aparecer en cualquier momento y de muchas maneras diferentes. Del mismo modo, no en todos los casos debemos proceder a su extracción. De hecho, si el molar permanece dentro del hueso o si surge sin problemas ni molestias, es preferible no intervenir.
En cambio, hay algunos casos en los cuales sí deberíamos proceder a quitarlas. Son los siguientes:
- Cuando salen de manera parcial: En esta fase intermedia, los problemas más frecuentes son que permiten la acumulación de partículas de comida. Esto puede dar lugar a una inflamación e infección, además de dolor.
- Cuando la muela del juicio no tiene suficiente espacio para salir de una manera correcta. Esto se puede confirmar por medio de una radiografía.
- Cuando se desarrollan con una inclinación que empuja y causa un apiñamiento de los dientes, además de causar molestias y dolor.
- Cuando por cualquiera de estos u otros motivos, la muela del juicio causa una inflamación o dolor que no desaparece. En algunos casos, puede incluso irradiar a toda la cabeza.
- Cuando provocan la aparición de quistes benignos o tumores en la mandíbula.
¿Cómo es la extracción?
Ante estas situaciones problemáticas, nuestro dentista hará una evaluación y diagnóstico y nos derivará al cirujano oral para proceder a la extracción. Esta puede ser simple y con anestesia local si la muela no presenta complicaciones.
En caso de estar impactada (es decir, dentro de la encía y el hueso) de manera parcial o total, la extracción se realizará por medio de cirugía. En algunos casos, podría requerir anestesia general.
Ahora ya conoces un poco más las características de las muelas del juicio y las posibles complicaciones. ¡No dudes en acudir a tu dentista si sientes molestias o tus dientes se empiezan a mover!