Curiosidades sobre nuestra boca
Cada rincón de nuestro organismo esconde infinitos misterios, algunos de los cuales ya han sido revelados y otros que quizás no se sabrán nunca. Todo en nuestro cuerpo tiene un porqué, y lo que a menudo nos parecen simples curiosidades pueden responder a una compleja función vital.
En este artículo nos referimos a varias curiosidades sobre nuestra boca. ¿Sabías que el esmalte dental es el tejido más duro del mundo? ¿Que la lengua es un grupo de músculos que no se cansan? ¿O que cuando nos estresamos segregamos mucha menos saliva?
Los dientes
Para empezar, todos sabemos que los dientes son duros, blancos y contienen calcio. A pesar de estas características, no se consideran huesos. Pero lo que resulta más sorprendente es que el esmalte es el tejido más duro del cuerpo humano y del mundo. Por contra, a diferencia de los huesos, el esmalte no puede regenerarse.
La forma de los dientes no es casual. La singularidad de cada uno de ellos hace que cumplan distintas funciones en el proceso de masticación: Los incisivos cortan, los caninos desgarran, los premolares trituran y los molares muelen.
Por último, los dientes que podemos ver al abrir la boca son solo dos tercios de la dentadura. El resto permanece dentro de la encía. ¡Hablemos ahora de las encías!
Las encías y… ¿el corazón?
Puede parecer extraño que si hablamos de la boca hagamos referencia al corazón. No obstante, este vínculo es más que una curiosidad; es una precaución que debemos conocer.
Los estudios demuestran que las afecciones de las encías pueden aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Esto sucedería por la propagación de bacterias a través de la sangre hasta llegar al corazón, donde contribuirían a causar una inflamación.
Esto es motivo suficiente para realizar siempre una higiene bucal completa, muy en especial si sufrimos gingivitis o periodontitis.
La lengua
¿Sabías que la lengua es un órgano? Esta definición se debe a que cuenta con glándulas (salivares). Tiene muchas partes, entre ellas la punta, con la que degustamos los alimentos, o el frenillo, el cual limita los movimientos linguales. De hecho, si no lo tuviéramos correríamos el riesgo de ahogarnos con la lengua.
Por otro lado, la lengua tiene 17 músculos, los cuales forman el grupo muscular más fuerte de nuestro cuerpo. Además, como podremos darnos cuenta a diario, ¡la lengua no se cansa!
También encontramos las papilas gustativas, que como su nombre indica, nos permiten detectar el gusto de la comida, pero no el sabor. Eso lo podemos comprobar si nos tapamos la nariz al comer un alimento. Percibiremos el gusto, es decir si es dulce, salado, ácido o amargo, pero no su sabor, para lo cual necesitamos el olfato.
Por último, nuestra lengua es única. Del mismo modo que nuestra huella, la imprenta lingual es un mapa personalizado que podría identificarnos.
La saliva
La saliva es un líquido corporal asombroso. Las glándulas salivares pueden producir entre uno y dos litros por día, pero esta cantidad va disminuyendo con la edad. De hecho, puede llegar a sufrirse xerostomía, una afección que se caracteriza por un mal funcionamiento de las glándulas salivares y que provoca una sensación de sequedad en la boca.
¡Pero también cuando nos ponemos nerviosos se nos seca la boca! Esto es una reacción de defensa de nuestro sistema nervioso. Por eso también debemos combatir siempre el estrés, ya que la saliva es imprescindible para una buena salud bucal y general.
¿Y qué contiene la saliva? Proteínas, glucoproteínas, carbohidratos, electrolitos, leucocitos y células epiteliales descamadas. Además, algunas de las enzimas que podemos encontrar son las encargadas de empezar en la boca el proceso digestivo de los hidratos de carbono (la amilasa) y las grasas (lipasa salivar).
Para acabar, si hablamos de la boca no puede faltar la leyenda del Ratoncito Pérez, que es típica de la mayoría de países hispanohablantes. Pero, ¿y en el resto del mundo? El ratón se convierte en hada, ángel o ratita, en algunas culturas se lanza el diente al tejado y en otras hacia el sol.