¿Conoces los peligros de las espigas para tu perro?
Nuestro perro es uno más de la familia y, como cualquier niño, juega y disfruta cuando salimos de excursión. No obstante, hay algunos peligros cuando vamos al campo y debemos conocerlos para prevenir trastornos graves de salud.
Uno de estos riesgos son las espigas que, según la zona, son frecuentes en las épocas de primavera y verano. Quizás no hayas oído hablar de los problemas que pueden acarrear o puede que ya hayas tenido que lidiar con ellas en alguna ocasión. Por este motivo, en este artículo te detallamos los peligros que implican para tu perro, cómo detectarlas y cómo deberías actuar.
Los campos de espigas
Con el buen tiempo tenemos ganas de salir al aire libre y disfrutar de la naturaleza junto con nuestro perro. Seguro que a él le encanta correr por campos amplios y olfatear cada rincón. Sin embargo, debemos saber que los campos de plantas con espigas suponen un riesgo para nuestro amigo que, además, podría llegar a ser grave en algunas circunstancias.
¿Pero a qué nos referimos con las espigas? Estas son las vainas alargadas que contienen las semillas de los cereales. Su forma es puntiaguda y, de hecho, es esta parte la culpable de causar estragos en nuestro perro.
¿Qué sucede con la espiga ?
La espiga tiene unas particularidades que detallamos a continuación.
- El problema de la espiga aparece cuando se seca y se vuelve de color amarillo. Entonces, se suelta con facilidad de la planta por el viento o el contacto.
- La punta de la espiga es muy fina y está rodeada de unos filamentos que solo crecen en una única dirección. Esto ocasiona que, al clavarse, solo pueda avanzar hacia delante y no retroceder en su recorrido.
- De este modo, si llega hasta el pelo de nuestra mascota y no la detectamos a tiempo, seguirá avanzando y penetrará en su piel. Además, se pueden instalar en zonas delicadas como los ojos, las patas, las orejas o el hocico.
- La consecuencia es una herida, inflamación o incluso infección que puede agravarse si no nos damos cuenta.
¿Cómo saber si tu perro tiene una espiga?
Es importante conocer los síntomas frecuentes que sufre un perro cuando tiene una espiga clavada. Te los detallamos a continuación:
- Tiene un ojo inflamado: Podemos observar como se ve inflamado o incluso como no lo puede abrir bien. Puede llegar a causar úlceras o pérdida del ojo, por lo que es la parte más sensible a las espigas.
- Se lame con insistencia las patas: La espiga podría estar escondida entre los dedos, camuflada por el pelo.
- Ladea la cabeza de manera extraña o incluso vemos que camina con falta de desequilibrio o desorientación: Esto sucede cuando la espiga entra en la oreja. Por desgracia, es una zona frecuente y delicada, y podría llegar a causarle otitis.
- Estornuda de manera repetida: A no ser que esto lo haga de manera habitual, podría ser síntoma de tener una espiga en el hocico, sobre todo si se frota con las patas. En este caso, puede agravarse con dificultades respiratorias y sangrados.
Por último, no debemos olvidar que las espigas se pueden clavar en cualquier parte del cuerpo y causar una infección. Por eso deberemos estar muy atentos cuando le veamos nervioso o rascándose alguna parte del cuerpo todo el rato.
¿Cómo debes actuar?
A no ser que la espiga esté solo enrollada en el pelo o que no esté todavía clavada en la piel, lo más sensato es acudir al veterinario lo antes posible. En algunos casos podría requerir una pequeña cirugía con anestesia. Al mismo tiempo, deberemos evitar que nuestro perro se toque, ya que podría introducirla todavía más.
Si la espiga solo tiene una pequeña parte de la punta clavada podríamos sacarla con unas pinzas. Sin embargo, deberemos desinfectar bien la zona y estar atentos a cómo se cura.
La mejor estrategia para combatir los peligros de las espigas es una buena prevención. En primer lugar, evitando siempre que sea posible los campos espigados en estas épocas del año. No obstante, a veces es inevitable o incluso podemos encontrar pequeñas zonas con espigas en las ciudades.
Por ello, no te olvides de recortar un poco el pelo de tu mascota para que las espigas no se adhieran con tanta facilidad. Y, al regresar de la excursión, revísalo bien y presta atención a cualquier posible síntoma.