¿Conoces los beneficios del masaje para la salud?
¿A quién no le gusta recibir un buen masaje? No obstante, además de proporcionarnos un rato muy agradable, esta técnica tiene la capacidad de mejorar algunas funciones de nuestro organismo. Por ello, en este artículo repasamos cuáles son los beneficios del masaje para la salud.
El masaje es, en realidad, una terapia ancestral que se ha practicado en todas las culturas con fines terapéuticos pero de diferentes maneras. Además, también ha sido siempre un método de diagnóstico, ya que el masajista puede descubrir información del paciente durante la palpación, y decidir y personalizar así el tratamiento.
Beneficios del masaje para la salud
En primer lugar, es importante saber que hay muchos tipos de masaje. Por ello, el masajista siempre tiene en cuenta el historial médico del paciente, así como sus preferencias. Es, por tanto, imprescindible una comunicación antes de proceder al masaje. Por otro lado, quien recibe el masaje debe tener claro lo que quiere obtener.
No obstante, sí que podemos hablar de los beneficios del masaje para la salud a modo general. Estos variarán de unos a otros según la modalidad del masaje. Es decir, la duración, intensidad, técnicas empleadas, etc.
Beneficios psicológicos
- Actúa sobre el sistema nervioso para proporcionar un efecto relajante. Esto nos ayuda a calmar trastornos nerviosos como la ansiedad lo a depresión. En este sentido, sus efectos positivos se comparan con los de la psicoterapia.
- Por el mismo motivo, también puede ser un gran apoyo en etapas de nerviosismo en las que estemos sufriendo, por ejemplo, estrés o insomnio.
Beneficios físicos
- Favorece la regulación de la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
- Podría mejorar algunos trastornos digestivos y ayudar en algunos casos de estreñimiento.
- Es un buen tratamiento complementario para el dolor localizado y también para el dolor como síntoma de algunas enfermedades. Por ejemplo, de la fibromialgia o el Síndrome del dolor miofascial.
- Favorece una buena circulación de la sangre y la linfa.
- Puede ayudar a prevenir y a tratar contracturas y lesiones.
- Es un excelente apoyo para los deportistas, antes, durante y después de una sesión.
- El masaje como terapia de apoyo para bebés prematuros ha demostrado que facilita el aumento de peso y de la densidad ósea del recién nacido. Además, la efectividad sería todavía mayor cuando se usa aceite de coco o de cártamo.
Consejos para un buen masaje terapéutico
Por último, después de conocer los beneficios del masaje para la salud, debemos tener en cuenta algunos factores que influirán en la calidad y el resultado de esta terapia:
- La iluminación debe ser la adecuada, según el tipo de masaje y el objetivo del paciente. No obstante, se recomienda una luz suave y natural.
- El lugar debe tener una buena ventilación antes y después de cada masaje.
- Una temperatura cálida y agradable adecuada es fundamental para un buen masaje, en especial si el paciente está sin ropa. El masajista se puede ayudar de una toalla para cubrir las partes que no está trabajando en ese momento y evitar así la pérdida de calor.
- A no ser que se necesite una música específica, el silencio es siempre una buena elección. No a todo el mundo le relaja el mismo estilo musical.
Los aceites esenciales
Si optamos por utilizar algún gel o aceite para el masaje, podemos potenciar los efectos terapéuticos con aceites esenciales. Estas esencias puras y naturales se agregan en pequeñas cantidades no solo por su aroma, sino también para conseguir efectos concretos.
Por ejemplo, la lavanda para relajar, el romero para mejorar la circulación o el jengibre para dar calor. Estos aceites actúan a través de la estimulación olfativa y al penetrar a través de la piel.
Todavía faltan más investigaciones que confirmen estos beneficios del masaje para la salud. No obstante, quien recibe esta terapia puede sentir en su propio cuerpo cuáles son estos efectos positivos. Con el paso del tiempo, es probable que cada vez se reconozca más esta técnica como apoyo a muchos tratamientos médicos, físicos y psicológicos.
Bibliografía
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