¿Cómo nos afecta la calefacción en la piel y mucosas?
La falta de humedad ambiental y la temperatura alta de nuestra calefacción puede comportarnos alteraciones en la piel y en las mucosas de nuestro cuerpo que en algunos casos se convertirán en problemas más serios de lo que nos pensamos. Sigue leyendo para averiguar cómo nos afecta y cómo podemos prevenirlos.
Con la llegada de las bajas temperaturas del invierno se hace necesario el uso en nuestros hogares de la calefacción, según los expertos en la materia, la temperatura saludable de confort es aquella que oscila entre los 19-21ºC durante el día y, de 15-17ºC por la noche mientras dormimos, si el termostato supera los 23ºC provocará un descenso de la humedad ambiental, es decir, resecará el agua que hay en el aire de nuestro hogar ya que este debe contener entre un 50-70%.
¿Qué molestias tendrás?
- Sequedad de piel por deshidratación de la misma que provocara descamación excesiva y picor.
- Tos y carraspeo de garganta constante por la irritación de la mucosa de la faringe que puede extenderse a las vías respiratorias produciendo más probabilidad de infecciones (catarro, resfriados y neumonías en los casos más graves).
- La falta de humedad también puede provocar rinitis o conjuntivitis ya que las mucosas se resecan e irritan.
Estos son unos cuantos ejemplos de las posibles consecuencias del uso de la calefacción a temperaturas elevadas, a continuación, te damos unos consejos muy sencillos que pueden prevenir estas molestias, por ejemplo:
- Posicionar el termostato a una temperatura fija de 19-21ºC durante el día y por la noche a 17ºC, ya que no necesitamos tanta temperatura al estar tapados con la ropa de la cama.
- Colocar en todos los radiadores humidificadores que aporten humedad al ambiente de las estancias.
- También existen en el mercado humidificadores-purificadores ambientales que a la vez que aportan humedad, también purifican el aire.
- En el caso de aparatos de aire acondicionado, también tienen una opción llamada “DRY” que elimina el exceso de humedad ambiental que puede proporcionar una sensación de helor, aunque la temperatura no sea excesivamente baja en la estancia.
No pasar frío es muy importante para nuestro bienestar y salud, sobre todo para las personas más sensibles a él, como es el caso de los bebés y las personas mayores y, con estos consejos sencillos facilitados, podemos evitar el malestar provocado por un mal uso de los sistemas de calefacción.
Por:
Iolanda Muñoz
Docente Rama Sanitaria